sábado, 5 de mayo de 2012

Sociedad discapacitada.


A lo largo de la historia el Trabajo Social ha luchado por la inserción e integración en la sociedad de todas las personas, sobre todo se ha centrado en los sectores marginales de dicha sociedad. Con la llegada de la tecnología se nos ha facilitado un poco nuestra labor, porque les da una ayuda adicional a mucho de los usuarios con los que tratamos, imprescindible para aquellas personas con diversidad funcional.

Según la Organización Mundial de la Salud más de mil millones de personas viven en todo el mundo con alguna forma de discapacidad; de ellas, casi 200 millones experimentan dificultades considerables en su funcionamiento. Para lograr las perspectivas de desarrollo debemos emancipar a las personas que viven con alguna discapacidad y suprimir los obstáculos que les impiden participar en las comunidades, recibir una educación de calidad, encontrar un trabajo digno y lograr que sus voces sean escuchadas.



PERO TODOS SOMOS HUMANOS

Sin embargo, a día de hoy muchas de estas personas a pesar de estar aparentemente integradas en nuestra sociedad, se sienten como inútiles o como una carga que otros tienen que soportar. Pero esto no es solo resultado de ciertos comentarios o actitudes que tienen algunos ignorantes, sino de su propio entorno, ya que en millones de ocasiones tomamos decisiones por ellos quitándoles sus derechos y obligaciones como ciudadanos, quizás por temor a que se equivoquen y puedan sufrir. Pero por duro que sea, no debemos olvidar que ante todo son PERSONAS y que TIENEN DERECHO A CONTROLAR SUS PROPIAS VIDAS y sobre todo tienen derecho a equivocarse, aunque eso conlleve, a veces, al sufrimiento, porque al igual que nosotros no tenemos un colchón para los golpes, creo que ellos tampoco lo necesitan o por lo menos debemos darle la oportunidad de decidir. Con todo esto no quiero decir que no necesiten nuestra ayuda, pero no nos extralimitemos a la hora de dársela, pues como bien recoge la Constitución española en el articulo 17/1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su libertad, sino con la observancia de lo establecido en este artículo y en los casos y en la forma previstos en la Ley.  
No hay que olvidar que toda persona merece ser respetada como decía Kant:
 "los seres humanos tienen un valor intrínseco esto es dignidad que los hace valiosos sobre cualquier precio."

 Os recomiendo a todos que veáis la película Yo, también. Es una película que nos muestra el día a día de una persona que a pesar de superarse a si mismo y a las dificultades que le rodean, no es capaz de adaptarse al mundo porque éste no se adapta a él.






Mas información aquí.



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